sábado, 11 de abril de 2009

SOMNUM

No sé hace cuanto tiempo me inventaron. Escape curiosa mientras alguien dormía. La imagen concebida en la figura de un ensueño, literal y trágicamente inexacta. La sustancia porosa del estupor. Existo cuando duermen, sueñan y me ven vivir.
Aparecí detrás de los lienzos que cubren los ojos cada noche, dibujada por el trazo vertiginoso de las orbitas que bailan con rapidez en un profundo dormir. Soy la evocación ambigua y furtiva de la memoria que se filtra a gotas como ensoñación.
Era un sueño vanidoso y soberbio, y en mi inmenso orgullo fui arrastrada y seducida tantas veces por las distracciones del mundo en vigilia. Tal vez por eso a veces me creí real y me fue tan fácil jugar a ser “Humana”. ¿Cómo no caer en la trágica tentación de ser tan imperfecta? Y es que en aquellas noches largas e inquietas, fui también la pesadilla que no te dejaba encender la luz.
Estuve presente mientras dormitaban, en esas fantasías livianas que son cosquilla y vértigo. Me elevaba como un tenue suspiro imperceptible para huir atraída a ese mundo de afuera. El “Humano” mundo que superó en gran escala mis aires de mal sueño y pesadillas, pues en noches sin dormir entre fuga y fuga, me encontré mutilada en voz y petrificada en miedo ante la escena constante que provoca mi arquitecto en su estado de vigilia, en pleno uso de una consciencia destructiva y estéril. - ¿Alguna vez imaginaron provocarle insomnio a sus propias pesadillas? -
Sombra y sueño, breves e inconstantes, frágiles y dependientes de fuentes externas para una vida finalmente prestada y perenne. Soy aire con ensoñación, un espejismo en el oasis de tu inconsciente. Algunas noches cuando se escuchaba como crujían los huesos, como temblaba un cuerpo justo antes de despertar y aparecía un sobresalto que sólo dejaba vacio en el abdomen; era yo luchando por seguir atada a tu sueño, susurrándote un escalofrío en la oreja.
No quiero el “Humano” mundo, el mío es el que discurre lentamente en la mente de mi durmiente creador, menos trágico y estremecedor. Hoy no deseo ver más a través de ésta ventana. Sólo despertando podrás ser sin mí y yo sin ti, sin empeñarme en permanecer en esta levedad. Hace tiempo mi alma temblaba cada vez que despertaban o que atacaba el insomnio, taladrando con incertidumbre un final incierto. Hoy prefiero quedarme entre quimeras y acertijos, entre el recuerdo confuso y la pesadez, hoy no te anhelo más a ti, ni a tu mundo.
¡Adelántate vigilia! No quiero ser un sueño más de ti. Tal vez un día no desees dormir sólo por cansancio, sino por la simple nostalgia de los sueños.
Despierta ya, despierta que es mi tiempo de acabar. Me quedaré inevitablemente en la memoria como el onírico recuerdo nebuloso y distal que se sublima cada noche, para no caer en la tentación irregular y quizá innecesaria de aparecer cuando vuelvas a dormir, pues sé, que no hay insomnio que persista en ti.

miércoles, 4 de febrero de 2009

SIAMÉS

Te he insistido mucho en que me esboces unas palabras. Unas que sean claras, que sean completas, que sean inmensas y que lo llenen todo. Mi petición es exagerada y exigente, pues sé que simplemente hay nada que decir. No hay palabra. No hay gana suficiente en la mano que traduzca lo que la mente tiene, o es que tal vez ella es incapaz de extraer con claridad su vertiginoso tropel y tiende a mentir como la boca o el oído -todos tan fáciles de engañar- Quizás es solo la desidia agazapada que sigue devorando nuestro intento.
Me he querido detener en domingo, entre el cansancio, el aplastante sueño y la prisa. Te escribo como a aquel lejano pariente ausente que sabemos que existe y recordamos con extraño y perezoso cariño, aunque con inmensa dificultad. Escribo porque así me es más fácil captar tu atención, seducir un poco tu mente y fijar tu mirada, porque son las letras lo que a veces mejor intentan describir mi estado de ánimo y con lo que mejor dibujo mi pensamiento; trataré por ti hoy de no ser criptica ni voraz.
He tratado de quedarme quieta, me insisto en no exagerar, en no querer y querer y querer… tal vez dejando de querer se alivie mi necesidad, mi carencia de todo. “Que nunca es suficiente”, esas palabras son tuyas para mí y no podrían describirme mejor. Me estremece la pérdida y la demora, a mí el animal moroso con largas y estiladas patas de color más oscuro que su cuerpo. El felino que prefiere las distracciones y las “curitas” del orgullo para no sentir la ausencia; que mira huraña con grandes canicas de cristal la caída vertiginosa de su elástico cuerpo hacia la nada.
Una noche en el que mis ganas eran pocas y mi decepción crecía debido a este mundo enrarecido y gris, una lejana y débil voz me arrancó de lo más profundo y helado de mi estanque justo cuando mi oxígeno expiraba. Respiré ansiosamente y tu voz rompió mi burbuja. Fue simple, palabras tejidas una contra la otra tan sencillas pero que amortiguaron mi ya precipitosa caída: “el amor es cura y puede arreglarlo todo”.
Me pareció casi ridículo que algo así pudiera cambiar algo, ¿dónde estaban los consejos sabios y filosóficos?, ¿en dónde el enunciado perfectible, elaborado y adornado de algo intricado y subrepticio? Algo que le diera al gato un ovillo para matar su ansiedad después. Extrañamente algo cayó y precipito mi estanque produciendo ondas suaves que a su paso despertaban mis neuronas, que atizaba algo febril en mi estómago. Tragué completo un brebaje medicinal de extraño sabor y ya estaba adentro de mí haciendo un curativo e inexplicable efecto. La quimioterapia de mi agonizante ánimo.
¿Qué no es el amor un concepto intricado y mutante?, ¿qué no me había topado ya antes con su viscosa presencia? Ahora no importaba que tan simple o rehusado sonase aquello, lo habías dicho y me daba una posibilidad casi tangible, algo para relajar mi contractura mental.
sigues aquí ignorando lo que hiciste, desconociendo por completo como tus palabras desfibrilaron mi coma. Abrazas tu inmensa distracción, inocente y tibia como en abril, pero yo te creo como nunca antes. Inevitablemente sonrío un poco de gusto y otro poco de miedo cuando me has adivinado la mente o cuando me has robado un pensamiento. Sé que eres oasis y zona de guerra, vértigo y tierra firma, el escalofrió de un presentimiento y el preludio de la posibilidad.
Hoy trenzaré historias y sueños que sujeten tu nervioso oído de vez en cuando, historias de secretos, de guerras, de hadas, de triunfos, muerte, derrota y vidas pasadas; liberaste mi atadura de satín. Y aunque queda aun en las paredes de mi cuerpo adherido como un espeso petróleo, lo que aun se vierte sobre mi piso, hoy sólo lo dejo correr y sin prisas espero a que definitivamente desaparezca. Escurre lento, pesado y a veces parece que arranca un pedazo de mí al caer. Ya no me atrevo a quitarlo con las manos desesperadas para limpiar cada rescoldo, pues sólo logro que se pegue más a mi piel y que se paralicen mis brazos ante tan molesta telaraña liquida.
Que ocioso, necio y pertinaz inconveniente siamés mío que se muere y resucita incesante. Lo abrazo fuerte sin luchar y le susurro que se calme. Dejaré por la nostalgia del pasado que mis venas sigan bombeando su espeso líquido de vez en cuando; quizás la excitante y febril experiencia de volver a despertar estremecida y crispada sobre el mundo, me asegure que ya no hay tanto miedo. Regreso desnuda a la tinta poniendo lo que queda de mi apuesta, regreso a los lapsus orgásmicos de mi papel en blanco, y quizás sea mi siamés quien me violentará en ocasiones, pero amo profundamente como se recrea en mi papel y me hace garabatear.

martes, 11 de noviembre de 2008

El copyright de mi rata y su ruedita…


No entiendo el plagio, pero no acepto la (falsa) intención, ni la transgresión. Ya no me empeño en herirme, violarme o cerrar los ojos. Yo ….. pienso -y no tendría porque pensarlo nadie más sobre este planeta- que resulta lógico, normal o humano (lo soy), despreciar instantáneamente a alguien que te golpea intencional y ventajosamente. Que te lastima. El darme cuenta y sentirme capaz de aborrecer, casi de modo automático e instantáneo (breve pero cierto), me recordó a mi especie, me aventó al pozo de mi conciencia – y casi maté al grillo al caer- Pero el grillo estaba preparado, me estaba esperando con su listita empolvada en la mano; lo escuche decirme, “come on, I was wating for you” -ja ja ja creo mi conciencia intenta ser bilingüe-
Vivo y soy humana no nada más porque se me heredo, como esos intrincados genes escondidos que nadie ve pero que a cada tonteria que haces te recuerdan que ahí están los muy zorros y que no son recesivos. Soy humana porque lo siento (neurológicamente hablando) no me niego ni lucho contra la carne que llevo puesta, no me avergüenza ni desprecio esta máquina perfecta y hermosa que me queda a la medida (con todo y los kilitos de más) éste es mi estuche y me encanta, “aquí adentro vivo yo” y mi disfraz como el tuyo es de humano. Cuando tomo un bisturí e incido cada tejido de otro humano mantequilla y me atrevo a abrirlo en dos, y me muevo entre su sangre, y lo corto, y lo extraigo, y lo suturo, me sé, me siento y me recuerdo humana con la extraordinaria e increíble construcción perfecta que somos tan vulnerable y finita. Nos veo físicamente por dentro pero no penetro en el alma o conciencia, conozco como funciona, como trabaja y me admira, me sorprende y me intriga. Aun sigo pensando ¿en dónde me alojo exactamente? ¿Donde vive mi rata y su ruedita? ¿En dónde está mi amor, mi sueño y mi conciencia? Y lo mejor ¿en dónde mis pinches y numerosos defectos? -no duraría en programarme un trasplante a veces- ¿estarán escondidos en mi hígado o en mi páncreas?
Este cuerpo completito, carne, hueso, sangre, conciencia, mente, sentimiento, etc., etc., etc., tiene vida y por tal motivo se lastima, enferma, vomita, respira, duerme, razona, imagina, crea, destruye, orina, excita, duele, enfría, contrae, crispa, derrama, reproduce, divide, estriñe, grita, conmociona, asusta, enfurece, orgasmea, ríe, trasciende, muere… hacer todo eso es el privilegio que nos da la maquina y su contenido ( The Nicenada´s inside )
Estamos los que somos. Muchos corrompen la humana identidad, transgreden, abaratan, humillan y distorsionan la especie (la hacen quedar mal); otros siguen en conflicto y flagelándose por su humanidad o se creen otro especie de especie. Se diluyen, segregan, autoexcluyen y engañan. El estuche solo nos hace humanos por definición, nos da una casa para poder guardar una Ignacia, un Juan, un Carlos, un Oscar, una violeta, etc, etc.
Entiendo que seguramente tengo reservado un lugar de no aprecio en él (el no humano). No tengo otra identidad, es más no la quiero. ¿Qué pasa si el golpe que te hace temblar viene de alguien que si conoces? ¿Que tiene una cara familiar? ¿Qué pasa si viene directo y a tu cuerpo de alguien que amas? ¿Qué pasa si no pasa nada? Me sentía confusa, perdida, iracunda y aterrada sólo quería (error) un: olvídalo ya pasará, no un juez que se empeñará en hundir más mi estado temporal de “odio a los pitufos”.

¿Qué se hace con eso entonces? ¿Quién se llevo el buzón? Resulta que más bien descubrir que no puedo odiar (me enfermó por unas semanas y me tuvo verde e irreconocible) No sé desde cuándo tiene el papel de corrector de estilo o de juez, pero aplastome en una de sus fasciculaciones recurrentes de plagiario: tan trifásico como un pinche semáforo cocainómano que a veces duda entre dar el paso o detenerlos a todos y todo con tal de provocar un superchoque. Podría tener una lista, pero tanto nos hemos perdido, que ahora sé que lo ame profundamente y no porque no era humano -como yo creía- sino porque era el humano más hermoso que yo conocía -bueno no conocía a muchos perdónenme- Quise exprimirle magia a la jerga. No se me agoto la fe aun sigo adorando tintinear, aun me tardo horas platicando con 18 mujeres desconocidas al día que me confían, me creen, me escuchan, me enojan y hacen reír; aun soy profundamente adicta a las risas, a que me escuchen -ya no importa con cuanta atención-. La recalcitrante costumbre suya de plagiar, corregir y descararse como cualquier prostutita que se cree decente solo porque no agacha la cara o porque cree tener una buena razón para hacer lo que hace me tiene extraviada. La contigüidad no es un milagro, sino una forma de contagio. Hice taquifilaxia, después fibrosis y al final resistencia. Solo los humanos ofrecemos falsas disculpas…
La mariguana solo crea dependencia psíquica, la física es obra del humano en cuestión (consumidor), y si el orgasmo lo mezclas en el mismo vaso para condimentar o enfatizar el sabor, mañana eyacular será obra parasimpática pérdida.
¿En dónde lo escuche???? -simplemente es otro plagio- sinceramente y sin dramas adiós.
El secuestro transiorio de mi rata.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Génesis

Si fuéramos de la A a la Z, ésto seria sólo mi abecedario personal, pero temo decirles que éste abecedario carece de orden, aunque trataré (no prometo) de no hacerme ni hacerlos bolas.
¿Para qué escribir? bueno eso es fácil, siempre lo he hecho aunque no públicamente (ni siquiera en los baños de la prepa). No tengo diario ( no lo haría a diario y seguramente lo perdería), lo más cercano a eso sería mi lap y las servilletas limpias que me sobran del café, en donde inevitablemente siempre escribo o dibujo algo.
¿Por qué un Blog? En honor a quien me acompaña en cama todos los días, por su afición, su descubrimiento, su curiosidad y su desvelo... frente al monitor. Por la idea de ser una voz entre el escandalo de afuera, por lo terapéutico que puede resultarme, porque todos necesitamos catarsis, una tribuna y un minuto de silencio... Porque soy adicta a las chaquetas mentales y a la risa contagiosa, para ejercitar la rata de mi cabeza sobre su ruedita, para tratar de erradicar el mayor de mis vicios, por que existo y ¿porqué no?
¿Por qué los Thunder Ke? ? La historia no es tan larga, algo ñoña y deformada por el tiempo y por una servidora (sólo para proteger ciertas identidades y no herir susceptibilidades)
Un grupo de ciertas gentes reunidas de ocasional a frecuentemente, (bonito, bonito, bonito) un día ñoñamente tuvo la ideota* de autonombrarse como cierta caricatura de los 80´s que tenía por logo un gatito en fondo rojo y héroes en leotardos y traje de baño, a los que de pronto se les ponían los ojos rojos ( y no tenía nada que ver con drogas o alcohol) al llamado de su líder, el más guapo de todos, (aquí entraríamos en discrepancia porque de seguro a alguno de mis amigos se les haría más sexy Tigro); en nuestro caso no había como tal un líder, el llamado siempre era con los mensajitos al cel y les juro que no se nos ponía rojo nada (bueno a mi no al menos), el punto es que así se autonombraron y hasta tenían su torre felina y andaban buscando un cubilfelino, pero las rentas y los lugares no terminaban de convencerlos. Bueno pues tenían de todo, un día hasta les dio por buscarse sus pseudosuperpoderes y acabamos entre brujas, peste, chamanes y mandraques (nada que ver con la caricatura) ¡¡eramos tan felices!!... solo faltaba nuestro Mumm Ra, pero no se crean como candidatos para eso siempre sobran y a veces somos lo que más odiamos durmiendo con el enemigo, un día los antiguos espíritus del mal transformaron el cuerpo decadente (o caliente) de alguien en aquel inmortal y malvado personaje, y fue cuando pasamos a la segunda temporada de la historia, que parecía más telenovela que caricatura, con drama, lágrimas y risas. Finalmente tras la separación, la amenaza de no más temporadas y el transitar individual hacia nuevos y mejores rumbos, se impuso la moda del reencuentro ( con algunas bajas lamentables ) pero también el ingreso de nuevos e interesantes personajes. Hoy los que tenemos que estar, estamos, sin nombres, sin superpoderes, ni torre felina... pero siempre, siempre haciendo historia, en la búsqueda, en la investigación, en la inquietante y genial experiencia de existir.
Los Thunder Ke? son la familia alterna y siempre tiene y tendrá al final su interrogación.
*la ideota: fue a lo mejor un instante, de esos en los que simplemente te sientes bien entre un grupo de personas, intentas pertenecer, identificarlo y para existir y ser parte "de", lo haces real, lo vuelves a la vida y ponerle nombre a algo es hacerlo tuyo definitivamente.